Hoy, Chucho "el mercancía" Benítez.
"Sabremos cada vez menos que es un ser humano"
Wittgenstein.
Cuantas veces no escuché del otro lado del receptor, (nunca he ido a un partido de la selección), cosas como: "negro hijuepucccta", suelta el balón negro mama verga", "pero si le dieran una cartera al negro hijuepucta, ahí sí corriera no", (risas, más risas), "te vas a morir negro ladrón", "mamón de verga", "suelta el balón que no es una billetera", "para que chucha le siguen convocando a ese negro paquete"... y así podría seguir, pero la idea está clara. Sólo a veces, me pregunto como hacían los periodistas para no decir todo lo que realmente querían.
Casi el 70% de la "fanaticada" ecuatoriana no estaba conforme con el juego de Benítez (en la selección por supuesto), yo tampoco lo estaba, eso de que el corazón se detenga cada vez que el "Chucho" pisaba el balón y, vaticinar que iba a hacer alguna huevada, ya no era nada divertido ni apasionante, incluso era hasta estresante... Pero, "a falta de pan tostadas" y como maldición de la más dulce, al final hacía ese gol salvavidas, (cuando lo hacía, claro) ese gol, que reventaba pulmones y despertaba la alegría que solo el fútbol logra, era un "gooooooooooooooooooooooooool", eterno, era ese gol, ése único gol que tenía el derecho a derramar una cervecita sobre el otro, y la euforia, la algarabía, la gloria y en fin, todo eso que no es necesario narrar, y aún así, no dejaba de ser ese "negro hijuepuccta, mal parido, mamón" para quienes viven en retroceso, eso quiero dejar en claro.
Pero que pasó ahora con lo de su muerte, ¿acaso su moral cristiana?, ¿su construcción social dominada?, ¿su racionalidad/disciplinaria los conmovió?... O la prensa hizo de las suyas una vez más, encontró la mejor toma del dolor, o el payaso del Damiano movió par mediocres acordes y puso les puso la asquerosa letra que todos quieren escuchar y todos sufrir el dolor ajeno, y se refugian en el discurso de que "pasó a mejor vida", "dios lo tiene en su regazo" y tonterías así, él está en esa caja descomponiéndose, enterrado ya muy pronto, y transformando su materia, fin.
Tomando las palabras de mi hermano y amigo, Jorge Nacaza, "En el mundo de la espectacularidad, no importa si estás vivo o muerto, si vendes; existes".
En fin, es temporal, (modas), ya pasarán ocho, diez o quince días, y algo más interesante nos venderá la televisión, mientras tanto, disfruten el morboso espectáculo que nos brinda la prensa y su poder abisal.
A quien le interese.
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