I
Una pared en pésimas condiciones con visibles rasgos de humedad y desgaste, una paupérrima pizarra para tiza con garabatos ilegibles, una plancha de corcho con manualidades; de ella cuelga un pliego de papel periódico, próxima está una niña trabajando en su proyecto con ímpetu y convicción, a su lado de igual forma otra pequeña sostiene un trozo de tela y mira con ternura a quien apoya sus brazos en la longeva mesa de escritura, con su sonrisa prometedora y próspera mirada.
La fotografía ha sido tomada, pronto será un éxito (si es que ya no lo es), portada del segundo libro de Guillermo Lasso titulado
"Otro Ecuador es Posible", con una leyenda entre uno y otro que dice: «Un sueño al que todos podemos aspirar». Contrariamente a la propuesta del título del ultimo best-seller, muestra el mismo Ecuador, la misma escuela a la que acuden los pobres, aislados en los barrios periféricos, es el mismo país, tan solo hay un detalle, ése detalle es él, la novedad, la esperanza, la oportunidad, la posibilidad de un cambio, ¿Cómo?, a qué cambio se refiere éste individuo, al emprendimiento acaso, al capitalismo burgués de pronto, a convencer a un Tendero que es banquero tal vez, ahí está verdaderamente la solución. Son preguntas probablemente indiferentes para éste autodenominado Ex-Banquero, quizás queden sueltas y vagantes por la infinita red de la Internet. Quién sabe.
Tirarle dos dólares diarios a alguien no lo hace más
"digno", lo hace miserable, conformista y resignado a un agradecimiento absurdo. Esas propagandas ridículas solo muestran su ínfimo esfuerzo intelectual, esa falacia de superación personal, utilizando bien el camino más corto para llegar a la conclusión final, su conclusión final.
Ese es su método, eso es lo mejor que tiene, refugiarse en la realidad que él no vive, es esa su estrategia, disfraza su "Derechismo hormonal" con la pobreza, con el trabajo desproporcionado y con la realidad ajena. Yo pregunto Cómo duerme.
Reflexión:
"Te sientes sabio diciendo que,
«Un banco cuyo capital no está en el dinero, está en el alma de cada ecuatoriano», no juegues con la fragilidad de los más débiles, el súper capital está en tus cuentas y en aumento. La realidad no es como la pintas o como intentas hacerlo, una nación no es un banco, ésta no surge reemplazando la educación por un capital silenciador, un capital que impulsa a la mediocridad cultural, haciendo creer a tus fieles e ignorantes seguidores que mientras más dinero uno pueda adquirir hará de sí una mejor persona, así no se combate la pobreza, estás muy lejos de saber distinguir una pera de una papaya".
