Y qué vi.
Esos ojos semi cerrados,
esos dientes superiores, sí;
más grandes que mi voz,
dulce caramelo.
Ese cielo puro,
la copa de los árboles,
las nubes de verano,
y el vago viento de cascada.
Contraste o no,
la hiciste hermosa,
demasiado, ella se veía,
mientras la mirábamos.
Y qué vi,
Aun no lo sé,
como no sé de quién fue la dicha,
si tuya, nuestra, o de la tierra.
...
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